Lo mejor de Pazzo Ristorante —después de la comida y la presentación de cada uno de los platos, por supuesto—, es Fabrizio Romani, su chef y copropietario. Parece más bien un personaje salido de una ópera de Puccini. Apasionado, dramático, italianísimo, le imprime a cada plato, sin embargo, un colorido que parece más bien tropical.
Han de ser los años que vivió en Caracas, donde regentó la cocina de aquel Pazzo, predecesor del que ahora recibe a los comensales que le siguen los pasos aquí en Miami. Con la memoria de aquel ristauranteitaliano a la manera de Caracas en el paladar, no es difícil para los venezolanos en Miami ir tras el chef Fabrizio, en su nuevo restaurante decorado para impresionar.
No es la típica trattoria italiana. No. Hay algo de boato en los modernos chandeliers, en las obras de arte de colores estridentes, perfectamente iluminadas, que se exhiben en paredes verdes como una selva tropical; en el maître d’hotel, de conversación amena que te explica cada plato como si de una historia de amor con final feliz se tratara.
Ya me lo había advertido un amigo común, Martín Córdova, asiduo del Pazzo Caracas, cuando supo que el Pazzo había abierto en Miami en diciembre del año pasado. “Tienes que ir”, me dijo. Pero lo bueno se hace esperar. Y tuve el privilegio de ir a comer por primera vez invitada por el propio chef Fabrizio.
Coincidió con un coctel de la Cámara Venezolano Americana de Comercio. Y aún así, ocupadísimo, el chef Fabrizio tuvo tiempo para ocuparse del más mínimo detalle. Cada plato que sale de su cocina es como un lienzo en blanco que se inunda de colores, sabores y texturas que no dejan de sorprender.
Así un carpaccio de mero es acompañado con una ensalada de aguacate, adornado con pinceladas de tomate seco y acompañado con esferas de sabores cítricos y dulces al mismo tiempo, que sorprenden gratamente al paladar.
La burrata, servida con tomates orgánicos, rojos y amarillos, estrellas de reducción de vinagre balsámico y albahaca fresca es una colorida versión de la ensalada capresa que quien lo desee puede acompañar, además, con prosciutto San Daniele.
Nos comimos una ensalada de alcachofa con arugula, peras y hojuelas de queso parmesano, que fue toda un experiencia: jamás había visto alcachofas rebanadas de esa forma, y aunque me resultaron un poco trabajosas de masticar, volvería a comerlas.
Mención aparte merecen los arroces. Probé un risotto con hongos porcini extraordinario, lo mismo que un risotto con puntas de espárrago, queso de cabra fresco y prosciutto San Daniele, sublime. Y por supuesto tendré que volver por las pastas, que con tanta delicia no alcancé a probar. La buena noticia: tienen una promoción los martes en la que salvo las que son con frutos de mar, tienen un precio de $10.99 el plato.
Lo que sí alcancé a probar fue un mero con almejas, langostinos y calamares, servido con espárragos frescos del-más-allá.
Lo mismo que los postres, tres clásicos: una pana cotta con coulis de fresas, un tiramisú de delicada textura e intenso sabor a café, y un molten cake, denso, delicioso.
Si algún reto tiene el chef Fabrizio es hacer que Miami sepa que Pazzo está ahí, cerca de The Roads, estratégicamente ubicado cerca de Brickell, Key Biscayne y Coral Gables, que los mediodías se puede disfrutar de un almuerzo de dos platos por sólo $18 y además tienen servicio de valet parking incluido. La que soy yo, no solo regreso , sino que además lo recomiendo ¡con los ojos cerrados!
Pazzo Ristorante
2525 SW 3rd Avenue, Miami, FL 33129
+1(786) 631-4481
Fui invitada a cenar por Pazzo Ristorante. No recibí compensación económica alguna por escribir este post. Todas las opiniones aquí expresadas son mías.