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Mandocas: receta de rosquitas de plátano con queso blanco

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El título de este post debió haber sido "Mandocas voladoras", porque cada ve que las hago estas rosquetas de plátano maduro y harina de maíz vuelan, literalmente habando, del plato.

La primera vez que comí mandocas fue en Caracas, en casa de la mamá de Marielita Colmenares. Mariela y su mamá son de Maracaibo, en el estado Zulia, al Occidente de Venezuela. Y de allá mismo son las mandocas.
No tengo que decir que aquello fue amor al primer bocado. 
Algo que se prepare con plátano maduro, harina de maíz, queso blanco y papelón (panela o piloncillo), y que además se fría, no puede ser sino una delicia.
Aprendí a hacerlas con Marta Malena, la más consentidora de las mujeres que me ayudaron a criar mis hijos cuando estaban pequeñitos y vivíamos en Caracas.
Malena, como la llamábamos, era de la Goajira colombiana, justo al lado de la venezolana y nos hacía mandocas a cada rato.
El único problema de estas rosquitas es que se fríen y aunque todo lo que se fríe sabe a gloria, trato de no freír nada.
De vez en cambio sucumbo y me dejo tentar. 
Son tan ricas que en mi casa las mandocas se comen de pie porque no da tiempo a que uno se siente en la mesa. 
Literalmente, vuelan del plato y no importa que fría tres o cuatro docenas, siempre se acaban
Aquí te dejo mi receta.
Espero que te guste.
Mandocas de plátano maduro | Ingredientes
1 plátano maduro pelado, cortado en tres
1 ½ taza de harina de maíz amarillo, pre cocida (usé Harina P.A.N.)
1 taza de queso de año (puedes usar queso Cotija) rallado o molido
½ taza de papelón (piloncillo o panela) rallado
1 taza de agua (puedes usar el agua en la que se hierve el plátano)
Abundante aceite vegetal para freír
Queso fresco rallado para acompañar
(A esta receta no le hace falta sal porque el queso de año o Cotija es suficientemente salado)

Preparación
En una olla con agua que los cubra, hierve los plátanos hasta que estén blandos.
En una olla gruesa o caldero, pon a calentar a fuego medio alto, abundante aceite para freír.
En un tazón pon la harina de maíz, el queso de año y el papelón y mezcla con un tenedor.
En un plato corta los trozos de plátano longitudinalmente y retira y descarta la vena y las semillas. Con un tenedor haz un puré.
Agrega el puré de plátano y el agua y amasa hasta que se forme una masa uniforme. Deja reposar por 5 minutos.
En una superficie limpia, con las manos ve formando rollitos de masa de un ¼ de pulgada de grosor y 4 pulgadas de largo.
Une cada rollito por las puntas y forma las rosquitas.
Fríe en el aceite bien caliente. Como las rosquitas son más bien delgadas y el aceite ha de estar bien caliente, yo prefiero freírlas de una en una para evitar que se quemen.
Escurre las mandocas en toallas de papel absorbente.
Sirve caliente con queso fresco.

Para imprimir la receta, haz clic aquí.
http://savoirfairerecetasparaimprimir.blogspot.com/2015/03/mandocas-rosquitas-de-platano-maduro.html


¿Alguna vez has probado las mandocas?

Croquetas de jamón a la manera de South Beach

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Hoy es 13 de marzo y en Miami Beach es el "Día del Grupo Pubbelly". Es decir, la ciudad designó la fecha en reconocimiento al Pubbelly Restaurant Group, por su contribución a la transformación del área de Sunset Harbor en South Beach. Para celebrar, yo, que amo Pubbelly, honro mi palabra de publicar aquí la receta del chef José Mendín que ya se ha ganado el título de hacedor de "las mejores croquetas de jamón del planeta". Por recetas como esta es que no puedo ser vegetariana. Lo tengo dicho.

Croquetas de jamón con alioli de menta 
Ingredientes para las croquetas

4 cucharadas de mantequilla sin sal

½ taza de cebolla finamente picada

1 ¼ de taza de harina
 todo uso
1½ tazas de leche caliente

Sal 
Pimienta negra
 recién molida
¼ de cucharadita de nuez moscada recién rallada

12 oz de jamón Smithfield Anytime Hickory Smoked picadito

⅓ taza de queso manchego rallado 
½ taza de harina
todo uso
2 huevos batidos a los que se les agrega 1 cucharada de agua

1 taza de panko (pan rallado)

Aceite vegetal para freír
 


Preparación
En un sartén grande a fuego medio-alto, derrite la mantequilla. Agrega la cebolla y cocina hasta marchitar.

Incorpora la taza y media de harina, revuelve y cocina por un minuto.

Retira del fuego y agrega la leche caliente. 

Cocina a fuego medio, y revuelve constantemente hasta que la mezcla espese. 

Agrega la pimienta y la nuez moscada, el jamón y el queso y continúa revolviendo para que la bechamel no se pegue ni en el fondo ni a los lados del sartén.

Transfiere la mezcla a una bandeja o plato para hornear. Refrigera por lo menos 2 horas.

En 3 recipientes separados, pon la harina, el huevo batido y el pan rallado.

Haz bolitas de una pulgada y media con la mezcla refrigerada y ponlas en una bandeja con papel pergamino.

Pasa cada bolita por la harina y asegúrate de que queden bien cubiertas, luego moja cada bolita en el huevo y finalmente cúbrela con pan. Repite hasta terminar con todas las croquetas. Ponlas en la bandeja y refrigera nuevamente hasta que vayas a freírlas.

En un sartén o caldero grande y profundo, a fuego medio-alto, calienta suficiente aceite para freír la croquetas.

Fríe las croquetas en el aceite cuidando de que se doren uniformemente, de 1 a 2 minutos.

Transfiere las croquetas a un plato con toallas de papel absorbente para que drenen.

Sirve caliente con el alioli de menta.

Ingredientes para el alioli de menta

4 dientes de ajo

2 yemas de huevo

5 hojas de menta

2 cucharadita de zumo de limón

1 taza de aceite de oliva 

Sal al gusto
 


Preparación
En un procesador de alimentos, agrega el ajo, las yemas, la menta y el zumo de limón y mezcla, añadiendo poco a poco el aceite. Esto creará una mayonesa o alioli.

Añade sal al gusto.

Para imprimir la receta, haz clic aquí.

Hispanicize, Disney Parks y lo que viene esta semana

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Y llegó esta semana del año en la que bloggers, community managers, editores online, escritores, expertos en mercadeo digital, instagramers, periodistas, productores de contenido digital, relacionistas públicos, viners y youtubers, nos damos cita en Miami para participar Hispanicize.

Este es, sin duda, el evento más importante que convoca a los latinos cuya voz se escucha cada vez con más fuerza y que por lo mismo estamos marcando las tendencias en Estados Unidos en lo que a redes sociales se refiere. Este año, asisto por primera vez gracias al generoso patrocinio de Disney Parks.


Doy gracias por esta oportunidad y me comprometo a sacar el mayor de los provechos de esta experiencia en la que tendré oportunidad de compartir con colegas periodistas, escritores, productores de contenidos e influencers y de encontrarme con gente a la que solo conozco “virtualmente” gracias a este blog que tantas cosas buenas ha traído a mi vida.

Por una semana me olvidaré de la cocina, pero a cambio compartiré recetas de algunos de mis chefs favoritos de Miami, las cuales espero ustedes reciban como si fueran mías.

De hecho, en estas últimas semanas he venido publicando recetas de los chefs Doreen Colondres, José Mendín y Aarón Sánchez. Esta semana publicaré recetas del chef de The Federal, César Zapata y también del chef ejecutivo de Goya Foods, Fernando Desa.

Además publicaré mi review de Amaize, un restaurant de comida rápida venezolana en Doral, que desde que abrió visito por lo menos una vez por semana y además compartiré con ustedes la fascinante historia de chef vasca-marroquí Najat Kaanache, a quien bauticé como “la niña que soñaba con el aroma de la vainilla”.

Para quienes visitan Miami con ocasión de Hispanicize, les dejo mi lista de restaurantes favoritos, a los que pueden ir caminando desde el hotel InterContinental.

Espero que me sigan visitando en este blog que con tanto cariño escribo para ustedes y que me sigan en Instagram, Twitter y Facebook donde estaré publicando mis comentarios y fotos sobre Hispanicize 2015.

Amaize: Arepas y pabellón venezolanos como en la casa de mi abuela (pero en Doral)

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La primera vez que fui me comí un “mechados”, que no es otra cosa que el pabellón criollo de los venezolanos: un plato que viene con arroz blanco, caraotas (frijoles) negros, carne mechada, tajadas de plátano maduro (en este caso horneadas en lugar de fritas) y un poco de queso blanco rallado.

 Aquello fue amor al primer bocado: el arroz, de grano suelto; las caraotas, cocidas a la perfección y con el toque exacto de comino; la carne, delicadamente deshebrada, jugosa, con el gusto preciso que le da el laurel; los plátanos, maduros; el queso, súper fresco. Fue como estar comiendo pabellón en la casa de mi abuela materna, pero en Doral.
Y no solo en Doral, sino en una arepera que se supone sea un establecimiento de comida rápida, pero donde ocurre que las arepas, delgaditas (como las telitas) y recién salidas del budare, son gourmet; y donde, salvo por los postres fríos, la comida se come con cubiertos de acero que te entregan en una bolsita de papel hecha a la medida.
Amaize, el nombre de este restaurante, es un juego de sílabas que evoca el grano con que se hace la harina de maíz pre cocida que se usa para hacer las arepas, y sugiere que sus arepas son amazing (sorprendentes), como en efecto lo son.
En esa embajada gastronómica de Venezuela que es Amaize, estratégicamente ubicada entre la avenida 107 del NW muy cerca de la calle 41 de Doral, a quien es venezolano o colombiano, todo le sabe a comida casera, aunque quienes diseñaron el menú le hayan cambiado el nombre a casi todo.
Así, la clásica “reina pepiada”, la arepa rellena con ensalada de pollo y aguacate, en Amaize se llama beauty queen; la de pabellón, se llama mechado mix (y es tan, pero tan resuelta que cuesta casi lo mismo que un plato de pabellón); y los jugos de fruta, que tienen el toque justo de azúcar, se llaman “aguas frescas”, en lo que asumo es un intento de llegarle al consumidor estadounidense, sea de origen hispano o no.
El menú, donde casi todo gira alrededor de las arepas y las cachapas, reúne los platos típicos de la comida venezolana incluyendo chupe de pollo, asado negro (hay arepas que sirven con esta carne y su salsa aparte a manera de dip), la guasacaca (que deberían envasar y vender para llevar), los quesos como el “de mano” y el guayanés; y los postres como el quesillo (súper denso y cremoso), la marquesa de chocolate y la torta tres leches.
Pero además hay opciones menos tradicionales que también apuntan al consumidor que busca alternativas innovadoras, como la arepa “caprese latino”, que viene con espinacas, queso guayanés, tomate y guasacaca; o el combo de portobello-tofu y aceite de oliva trufado; o la cachapa delight, una extravagancia que consiste en una mini cachapa con Nutella (o dulce de leche), y fresas y bananas, con una generosa porción de crema de leche batida.
Nada fue dejado al azar en este restaurante donde además cada quien se puede armar su combo como mejor le parezca, escogiendo entre arepas o ensaladas, una proteína (carne mechada, pollo mechado, ensalada de atún, jamón, pavo, pernil de cerdo, roast beef, tofu o caraotas negras), un tipo de queso (de mano, guayanés, blanco rallado o al grill, y gouda rallado), y vegetales (espinaca, lechuga, tomate, cebolla, jalapeño o pimentón).
Todo, absolutamente todo, fue estudiado: la decoración, los suvenires para la venta (tazas, coolers, cestas, y delantales con el logo de Amaize); las estanterías repletas de P.A.N., la harina de maíz pre cocida para las arepas y su versión para hacer cachapas, que ahora se fabrica en la planta de International Grains and Cereals LLC, en Greenville, Texas, bajo licencia de Alimentos Polar International Inc; las 35 personas que allí trabajan, bilingües todas, quienes, no importa su origen, conocen de que está hecho cada plato, cómo se le llama en Venezuela y como fue rebautizado en Amaize.
Es evidente que en Doral, donde se concentra la mayor población de venezolanos en Estados Unidos, y es la sexta ciudad en población colombiana en el país, Amaize tiene un mercado cautivo. 
Pero más allá de ese mercado, la apuesta de Amaize es por el consumidor estadounidense al que invitan a experimentar con la arepa y la cachapa, sin dudas dos gemas de la gastronomía venezolana. Y si te gusta experimentar, cuando vayas pide la open face cachapa que consiste en una cachapa abierta, con caraotas negras, carne mechada, guasacaca y queso rallado: de mo-rir-se.
Amaize
3887 NW 107th Ave. Unit 102
Doral, FL 33178

+1 (786) 542-1559

Este post es una versión del que escribí para MiamiDiario

Najat Kaanache: La niña que soñaba con el olor de la vainilla

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Fotos cortesía Chef Najat Kaanache
Puede que haya llegado hace apenas seis meses a Miami. Puede que su nuevo sueño, Piripi, aun no haya abierto sus puertas en el exclusivo Village of Merrick Park, en Coral Gables. Pero Najat Kaanache, un huracán de 5 pies, de piel de oliva, frente amplísima y ojos de fuego, no es nueva en el negocio de la restauración.

De ella, el mismísimo Ferran Adrià, con quien trabajó en las dos últimas y cruciales temporadas de elBulli (tres estrellas Michelin), antes de que cerrara para siempre el 30 de julio de 2011, llegó a decir: “la chef Najat Kaanache es cuatro veces mejor de lo que era yo cuando llegué a ser chef de elBulli”.

Y esto lo dijo Adrià no en la cocina de su casa, sino en la Cumbre de la Gastronomía en el Centro de Comida y Agricultura en Pocantico Hills en Nueva York, en 2013.
Algo tiene esta mujer, de cuyos labios de canela vuelan las palabras, presurosas, de un lado a otro, como mariposas. Nacida y criada en San Sebastián, en el País Vasco en España, donde “se come la mejor comida del mundo”, por sus venas corre, bravía, esa sangre marroquí de la que está tan orgullosa. 

Algo tiene que hace un mes un jurado, entre quienes se contaba Juan Mari Arzak, uno de los grandes de la cocina vasca, le confirió el primer lugar del premio The 2015 National Pork Board Critics' Choice Award.
Kaanache entró a Miami por la puerta grande y con el pie derecho. Estuvo en el Goya’s Swine & Wine, que desde los jardines del hotel The Biltmore, en Coral Gables, despidió la décimo cuarta edición del South Beach Wine Food Festival. Se midió con otros 21 chefs y ganó.

Ganó y es mujer. Ganó y es mujer y su restaurante todavía no ha abierto. Ganó y sí se lo cree. No lo dice, pero sabe que puede tocar las estrellas con las manos. Pero si es que ella misma es una estrella.
La niña marroquí
Siendo apenas adolescentes, sus padres llegaron de Marruecos a España en 1975, tras la caída del régimen de Francisco Franco. Su papá, de pies descalzos, comía las conchas de las naranjas cuando había hambre y nada que comer.

La pequeña Najat creció yendo de los Pirineos a la Cordillera de Atlas, donde cada verano su familia cosechaba el trigo para todo el año y se prensaban las aceitunas con las que se hacía el aceite, algo que “no se aprende en ninguna escuela”.

Cada otoño regresaban a España con un costal de 100 libras de harina hecha con ese trigo y en su casa en Aia Orio, cerca del Mar Cantábrico, se hacía mantequilla y se horneaba el pan, en un horno de leña, tres veces por semana.

Pobres como eran, de niña nunca se comió una dona en una tienda, pero a cambio comía todo lo que salía de ese horno que perfumó su niñez. Por esa época soñaba con el aroma de la vainilla. Creció escuchando a su papá decirle a sus hijos que serían campeones, de lo que fuera, pero campeones.
Hizo teatro en Barcelona y Madrid. Se fue a Londres a estudiar actuación y cinco años más tarde, título de la Universidad de Surrey en mano, se regresó a España. Fue actriz de televisión y probó las mieles de la fama hasta que no quiso hacer más de “chica marroquí”. Quería volar y se sentía prisionera del personaje que la hizo famosa en la tierra que la vio nacer.

La magia de la cocina
Se fue a recorrer mundo y vivió con mujeres y niños de la calle en Irán, Afganistán, Chile, Brasil, Venezuela y Nicaragua, empeñada en mostrarle a los desposeídos de todo derecho, que más allá de la sobrevivencia hay una vida y que sí se puede, que “lo imposible solo toma un poco más de tiempo”.

Es de las que cree que cada quien nace con una estrella y anda por la vida en busca de la de ella: en la cocina. El destino la llevó a La Haya, en Holanda. Para ganarse la vida empezó a hacer tapas. Alquiló una cocina en Rotterdam y en nueve meses tenía un próspero pero muy agotador negocio de catering. Cansada de la tortilla y los champiñones, se empleó en un restaurante y luego en otro.

Estudió Artes Culinarias en el Albeda College, en Rotterdam y en un año súper intensivo hizo lo que a otros les hubiera tomado tres. Un día vio un documental en televisión sobre el chef inglés Heston Blumenthal de The Fat Duck (tres estrellas Michelin) y Dinner (una estrella Michelin), y uno de los precursores de la llamada cocina molecular. Quedó fascinada con la alquimia detrás de la cocina.

Tal es su buena estrella, que a las dos semanas de ver el documental, el chef Francois Geurds, quien venía de ser sous chef de Blumenthal, abrió en Rotterdam su célebre Ivy que luego se llamaría FG (dos estrellas Michelin). Y allí iba a parar todos los viernes hasta que, por fin, un día le abrieron la puerta.

La chef peregrina
Ya la magia de la ciencia que hay detrás de la cocina le había invadido el alma. Y la niña que soñaba con el aroma de la vainilla dio el que, sin duda, fue el paso más importante de su vida como cocinera: escribió 49 e-mails, a los 49 mejores restaurantes del mundo. No fueron 50 porque no hacía falta The Fat Duck, el de Blumenthal, que ella ya había heredado de Geurds sus secretos.

A todos les pidió lo mismo: que le permitieran ir de aprendiz a sus cocinas. Así habrá sido la fuerza y la pasión impresa en esos correos, que en tres días tenía 27 respuestas y la niña que nunca probó una dona en la tienda de la esquina, pudo elegir a qué cocina iría a aprender los secretos que la harían grande entre los grandes.
El único que no le dio fecha fue elBulli. Pero no desistió. Pasó cuatro años aprendiendo de los mejores chefs del mundo. En Chicago, con Grant Achatz, en Alinea (tres estrellas Michelin). En Copenhague, con René Redzepi en Noma (una estrella Michelin). En Napa con Thomas Keller en The French Laundry (tres estrellas Michelin) y luego en Nueva York en Per Se (tres estrellas Michelin).

Durante esos años tan importantes de su vida, estando en Copenhague, tuvo cáncer y la voz de Grant Achatz, quien había sobrevivido él mismo a un cáncer en la boca, fue decisiva para que se tratara y se curara: si no se curaba, no regresaría a Alinea, y menos podría ir a elBulli. Así que no le quedó más remedio que curarse para poder cumplir su sueño peregrino.
En todos esos restaurantes con los que la mayoría de los mortales no sueña tan siquiera con pisar, comenzó pelando huevos y papas, cortando y arreglando flores, y su jornada terminaba cuando ni siquiera podía ver la comida que allí se servía.

Se sentía como una leona enjaulada. Quería hacer, ejecutar, lo que ya sabía que sabía. Pero practicaba la paciencia como un ejercicio de fe y humildad que la haría crecer. Y se iba ganando la confianza de esa jerarquía culinaria que de tan férrea, se parece a la militar. Esperaba a que la dejaran ir subiendo escaños, mientras la frase “lo imposible solo toma más tiempo” le retumbaba en las entrañas.

La estrella de elBulli
Hasta que por fin la mandaron a llamar de elBulli. Marc Cuspinera, mano de derecha de Adrià, le escribió diciéndole que habían decidido recibirla por dos temporadas. Así que de Per Se, en Nueva York, se fue a Barcelona, y de allí a Girona, a Roses, a los apartamentos que el genio de la deconstrucción de los alimentos, tenía para su equipo.

Cuando llegó a Cala Montjoi, a orillas del Mediterráneo, se sentía “como se siente una estrella cuando cae al mar”. Adrià era todo lo que ella siempre había soñado. Tenía todos sus videos. Sabía cómo respiraba y cómo pestañeaba, a qué sabía el vino que tomaba y a qué olía el algodón almidonado de sus uniformes.
En elBulli pasó dos años, cruciales para su formación. Se paraba a las 4 de la mañana. Hacía yoga en la playa. A las 9 de la mañana llegaba al que fuera considerado el mejor restaurante del mundo, de todos los tiempos, con su uniforme inmaculado, almidonado y planchado. Y esperaba sentadita a que la llamaran a la cocina.

Y rezaba para que Adrià la viera. Más de uno habrá pensado que estaría loca, porque no salía, no bebía. No hacía sino esperar, paciente y confiada en su estrella. Un día el jefe de cocina, el chef Mateú Casañas, hasta le preguntó si estaba bien. Y su hora le llegó el día que le dijeron “vente mañana a las 10 de la mañana” y pudo ver a Adriá trabajando en la mesa donde pintaba y hacía los bocetos de los platos.
La pusieron a trabajar en la pastelería. Es sabido que muchos chefs de cocina caliente (salada) pasan a la pastelería. Pero raro es el chef pastelero que se va a la cocina caliente. Y ella fue una de esas y nada más y nada menos que en elBulli.

En esa cocina sobraba la testosterona: había 51 cocineros, 51 leones y allí estaba la niña marroquí que soñaba con el olor de la vainilla. Adrià pintando, el chef Oriol Castro haciendo platos y ella al lado: aprendiendo y llevándose para siempre, en su corazón, la ciencia y la magia que está detrás de la cocina.
El día en que el más aclamado de los restaurantes cerró su puertas, estaban con Adrià los chefs más importantes del mundo: Massimo Bottura, René Redzepi, Grant Achatz, José Andrés, entre otros, quienes a lo largo de sus carreras habían pasado por ese laboratorio de creación culinaria que fue elBulli, para aprender.

Fue entonces cuando Adrià le dijo: “Najat, enséñale a Grant (Achatz)”, el de Alinea, el de las tres estrellas Michelin en Chicago, el maestro que al igual que ella venció al cáncer. Y fue entonces, cuando la aprendiz se hizo maestra.

No en vano Adrià dijo al referirse a esta alquimista de los fogones: “La chef Najat Kanaache representa el alma de Marruecos a través del lenguaje de la cocina y su pasión por la creatividad y la innovación son una referencia ejemplar para todos”.
Welcome to Miami!
Luego de entrenarse y aprender de los mejores, y de peregrinar por el mundo persiguiendo el espíritu caprichoso de los alimentos, convencida de que la comida es la conexión más importante que tenemos los seres humanos con esta Tierra, la chef Kaanache ha dado clases y conferencias sobre la ciencia de la cocina en las universidades de Harvard y de Nueva York, en el Instituto Le Cordon Bleu frente a 500 cocineros en Sidney, Australia, y en las ferias mundiales de ciencia de Nueva York y Beijing.
Después de haber fascinado a Dallas, Texas, con su restaurante de comida marroquí Souk (que quiere decir zoco, el mercado donde se compra y se vende todo en el Oriente Medio), la chef peregrina aterrizó en Miami.

Hasta ahora, todo lo que la niña marroquí que soñaba con el olor de la vainilla, le ha pedido a Dios y al Universo, se le ha concedido. Y Piripi, su último sueño, está a punto de hacerse realidad, de la mano del Grupo AKA del que forma parte junto con sus socios inversionistas Gus Abalo y Teo Arranz.

Del “piripikoteo”, de la vajilla hecha a mano de Piripi, de su cocina inmaculada que los paseantes podrán ver desde la avenida Aurora en Coral Gables, de la carta de vinos que seleccionó el mismo Ferran Centelles, el sommelier de elBulli; del menú en el que se sentirá la influencia de la comida vasca, que como todo lo español gusta tanto en Miami; del Lola’s Room, una caja de cristal dentro de Piripi donde sólo 10 comensales podrán disfrutar de un menú de degustación único; de todo eso y más, hablaremos en otra oportunidad.
Este post es una versión del que publiqué originalmente en MiamiDiario.

En la cocina con el chef George Durán y una receta de langostinos empanizados

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Como no hay nada que me guste más que estar metida en la cocina, ya se imaginarán lo que gocé en esta demostración a la que me invitó la gente de PAM, el spray para cocinar.

No sólo la demostración fue en una de las cocinas del Mariano Moreno Culinary Institute en Coral Way, a 20 minutos de mi casa, sino que allá me encontré con mis amigas blogueras y con el chef George Durán quien no sólo es venezolano y simpatiquísimo, sino que además cocina divino.
La verdad es que ahora que mis hijos están más grandes y he vuelto a trabajar “tiempo completo”, agradezco cada vez que aprendo trucos para cocinar sin complicaciones y en un dos por tres.
En menos que canta un gallo y como quien no quiere la cosa, el chef George nos preparó unos langostinos empanizados que en lugar se freírse se cocinan al horno y que es la receta que comparto más abajo.
Y con la misma preparó una costillas de res con jengibre y salsa de soya para chuparse los dedos, un guacamole con piña, y una ensalada de repollo con cilantro y chipotle del más allá. Cada una de estas recetas me pareció tan, pero tan divina, que prometo publicarlas una a una.
Lo mejor es que todas son recetas pensadas para gente ocupada, que no tiene mucho tiempo para estar metida en la cocina, pero en ninguno de los casos se sacrifica el sabor.
Gracias a PAM por introducirme al mundo de los sprays de cocina (especialmente en sus versiones aceite de coco y aceite de oliva). Gracias Imusa, de cuyo programa de chefs es parte el chef George, por el comal anti adherente y esa maravilla de "sobre" para calentar las tortillas en el microondas que nos regalaron. Les dejo la foto del grupete y más abajo comparto la receta que espero les guste.
Langostinos empanizados al horno | Ingredientes para 4-6 porciones
1 ¼ de taza de harina de maíz (puedes usar harina de arepas P.A.N. o cornmeal)
1 cucharadita de pimentón dulce (paprika)
1/2 cucharadita de orégano seco
½ cucharadita de albahaca seca
½ cucharadita de tomillo seco
½ cucharadita de ajo en polvo
½ cucharadita de sal
1/8 de cucharadita de pimienta de cayena
1 cucharada de aceite de oliva
Spray PAM de aceite de coco
2 libras de camarones grandes, pelados y limpios

Preparación
Precalienta el horno a 400°F. Rocía ligeramente una bandeja de hornear con el spray PAM.  

En un tazón, mezcla la harina de maíz, el pimentón, orégano, albahaca, tomillo, ajo, sal y pimienta de cayena.

En otro tazón pon los camarones con el aceite de oliva y mezcla bien.

Agrega la mezcla de harina de maíz con especias al bol con los camarines y asegúrate de que queden bien empanizados.

Sacude el exceso de harina de los langostinos y colócalos sobre la bandeja de hornear

Hornea los langostinos hasta que el empanizado se dore, unos 10 minutos. Asegúrate de que al cortar los langostinos la carne este blanca y opaca.

Estos langostinos son perfectos para hacer tacos con ensalada de repollo y guacamole.

Para imprimir la receta, haz clic aquí.

Batido de fresas con leche de almendras: 81 calorías de pura salud

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Desde que descubrí las bondades de la leche de almendras (sólo 30 calorías por cada taza), no paro de inventar cosas con ella. Ahora estoy fascinada con la que tiene sabor a vainilla, que compro en Costco en envases de larga duración. Y es que el sabor de la vainilla tiene la propiedad e “engañar” al cerebro que se “confunde” y cree que estamos comiendo dulce ¿no te parece maravilloso?

Si a las 30 calorías de las leche de almendras le agregamos una taza de fresas picaditas, tendremos un batido delicioso que sólo aporta 81 calorías. Más dietético
imposible y además con el sabor de la vainilla, no hay que ponerle ni siquiera miel (yo como soy dulcera le pongo una cucharadita de Splenda).

Una forma de evitar que este batido te quede aguado, es usando la leche de vainilla congelada (en cubetas de hielo).  Así cuando lo licúes te quedará frío, pero no diluido con el hielo.

Este licuado te lo puedes tomar en el desayuno y la merienda, tanto en la mañana como en la tarde. Si quieres tomarlo como sustituto del desayuno,  agrégale unpar de cucharadas de avena cruda y una cucharada de Splenda para un total de 106 calorías.

Batido de fresa con leche de almendras | Ingredientes para una porción
1 taza de leche de avena con sabor a vainilla
1 taza de fresas lavadas y cortadas en mitades
1 cucharadita de Splenda

Preparación
Pon todos los ingredientes en el vaso de una licuadora.

Licúa hasta que tenga una consistencia uniforme.

Sirve de inmediato.

Para imprimir la receta haz clic aquí.

Tinto de verano

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El tinto de verano es primo hermano de la sangría. Es muy popular en España y cada vez más de este lado del mundo. Se prepara mezclando vino tinto con gaseosa de limón. Se puede servir con hielo y a mí en lo personal me gusta con una rodaja de naranja y un chorrito de ron. Es perfecto para el almuerzo en días calurosos.

¡Salud!


Tinto de verano | Ingredientes para 4 porciones
2 tazas de vino tinto
2 tazas de Sprite o 7-Up light
1 chorritos de Ron de Venezuela Santa Teresa Añejo
1 rodaja de naranja cortada en 4

Preparación
En cuatro copas de vino con hielo, sirve el vino, la gaseosa y los corritos de ron.

Revuelve y adorna con el cuarto de rodaja de naranja.

Para imprimir la receta, haz click aquí.

De cómo los latinos transmitimos nuestros valores y cultura a través de la comida

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Mi abuela Ligia cocinó con aceite de maíz toda la vida, lo mismo hizo mi mamá. Y adivina qué: yo, que como sabes soy de poco freír, cuando hago mandocasarepitas dulces, arepas fritas, empanadas (de las venezolanas que se fríen), torticas de arroz o plátanos en dulceinevitablemente cocino ¡con aceite de maíz!

Por eso cuando la semana pasada estuve en Hispanicize, me di una pasada para compartir con Mazola (la marca de aceite de maíz que uso desde que me vine a vivir a Estados Unidos) y la celebrity chef Ingrid Hoffmann, con quien tengo muchas cosas en común (además del amor por la cocina). No sólo las dos vivimos en Miami y adoramos nuestra ciudad. Ingrid nació en Barranquilla y mi bisabuela paterna nació en Santa Fé de Bogotá.
Pero además la sazón de la costa Caribe colombiana, tan parecida a la venezolana, está presente en mi cocina gracias a la magia de esas mujeres de caderas anchas, piel morena y cabellos prietos que atravesaban la frontera para venir de Colombia a Venezuela a trabajar en casas de familia y así mantener a las familias que dejaban atrás en Santa Marta, Barranquilla y Cartagena.
Mientras nos preparaba unos calabacines rellenos, Ingrid dio a conocer los resultados de un estudio de la Universidad Estatal de Florida (FSU), que no hace sino corroborar mi certeza de que la cocina y su magia son fundamentales para que quienes hemos adoptado a Estados Unidos de América como nuestra patria, mantengamos viva nuestra herencia hispana de generación en generación.
Los resultados del estudio que están resumidos en la infografía que comparto más abajo, señalan que:
.90% de los latinos creemos que es importante comer en familia.
.83% creemos que cocinar en familia es una forma de trasmitir a nuestros hijos nuestras tradiciones familiares.
.77% consideramos que es muy importante transmitir las tradiciones culinarias a nuestros hijos.
.74% consideramos que es importante  seguir las recetas de nuestras abuelas y mamás al pie de la letra.
Como habrás visto, de esto, palabras más, palabras menos, se trata este blog.

¡La vida es bella!
Este post es parte de una campaña de Latina Mom BloggersMazola® Corn Oil.  Todas las opiniones aquí expresadas son mías.

Ostras en Miami y Fort Lauderdale

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Foto cortesía Lure Fish Bar
Este martes 31 de marzo es el Día Nacional de las Ostras. Lo que sigue son los mejores restaurantes de Miami y Fort Lauderdale para disfrutar de esta delicia de fruto del mar.

Foto cortesía de Devon Seafood + Steak
Devon Seafood + Steak. Tienen una hora feliz de 4 de la tarde a 8 de la noche, durante la cual se puede disfrutar del Devon Buck Shuck, una selección de ostras en su concha por sólo $1 cada una.  El chef Rod Chitikov se encarga de escoger entre seis variedades de ostras de las costas Este y Oeste incluyendo Beau Soleil, Naked Cowboy, Katama Bay y Malpeques. 11715 Sherri Lane, en el interior de The Palms at Town & Country Mall, en Kendall. (305) 275-0226.

Lure Fishbar. El sitio para ir a comer ostras en Miami Beach. Ofrecen variedades de las costas Este y Oeste, incluyendo Wiannos con salsa de piña; Blue Point con mignonette de chalota, Kusshi con ponzu de jalapeño, o Kumamotoscon wasabi fresco y limón. Loews Miami Beach Hotel, 1601 Collins Avenue, Miami Beach. (305) 695-4550.
Foto cortesía de Scott Jonathan - Mignonette Miami
Mignonette Miami. En el restaurante del chef y restaurador Danny Serfer los comensales pueden acercarse a la barra de ostras y mezclar y combinar variedades de las costas Este y Oeste que van desde Kumamoto y Marin Miyagi hasta Standish Shore y Riptides. Lo mejor es hacer reservaciones. 210 NE 18th Street. (305) 374-46 35.

Wild Sea Oyster Bar & Grille. El chef Toby Joseph, premiado con un James Beard Foundation Award, sirve sus ostras de las costas Este y Oeste con salsa de cóctel, cítricos de Florida y un mignonette de vino tinto a un precio por $1 por ostra. Mientras disfrutan del especial de ostras, los huéspedes también pueden ir al raw bard. 620 East Las Olas Boulevard, Fort Lauderdale. (954) 467-2555.
Foto cortesía Devon Seafood + Steak
3030 Ocean. Aclamado por la crítica como el destino gastronómico frente al mar de Fort Lauderdale, estarán sirviendo ostras de la costa este de Florida, traídas especialmente de Sebastian Inlet (media docena por $15  y una docena por $29). 3030 Holiday Drive, en el Marriott Harbor Beach Resort and Spa en Fort Lauderdale. (954) 765-3030.


Sea Level Restaurant + Ocean Bar. También en el Marriott Harbor Beach Resort and Spa, el cheff Jason Connelly servirá ostras a la parrilla con mantequilla de ajo (media docena por $12 y una docena por $20). 3030 Holiday Drive. (954) 765-3041

Receta de guacamole con piña al grill*

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Lo prometido es deuda y aquí está la receta de guacamole con piña al grill del chef George Durán. Este guacamole lo preparó el chef Durán en la demostración a la que asistí hace diez días invitada por PAM, el spray de cocina. Me gustó porque adoro las frutas al grill y también porque la piña hace que el guacamole sea más ligero. Espero que te guste.

Guacamole con piña al grill| Ingredientes para 2 ½ tazas
2 rodajas de piña
PAM aerosol
2 aguacates maduros sin piel y sin semilla
sal
¼ de taza de hojas de cilantro finamente picado
¼ de taza de cebollín picado finamente
el jugo de medio limón
salsa picante de chipotle

Preparación
Rocía un sartén de asar al grill con un poco PAM aerosol y pon a calentar a fuego medio-alto.

Pon a asar las rodajas de piña y cocina un minuto por cada lado. Retira del juego y reserva.

Pon la pulpa del aguacate en un molcajete con el resto de los ingredientes, menos la piña, y maja hasta que tenga la consistencia deseada.

Corta la piña asada en cubitos, agrégala al guacamole y revuelve.


Para imprimir la receta haz clic aquí.

Receta de pierna de cordero asada al romero

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Esta receta no es mía, sino de mi compadre Daniel Belaid.

Se que cuando la vea, él dirá que es mía, pero nadie que no sea francés, parisino para más señas, puede hacer una delicia como esta, de la nada.
La verdad es que mi única sugerencia fue que le hiciéramos una cubierta de hierbas y cuando me preguntó cuáles le respondí: “tomillo y romero”. Como no estábamos en mi casa, echamos mano de lo que había y solo le pusimos romero.
Daniel fue el de la idea de ponerle los dientes de ajos enteros.
Lo demás es dejar que el aroma y sabor del romero penetren en la carne, que se mantiene jugosa porque se asa cubierta con papel de aluminio.
Sólo durante los últimos minutos se destapa para que se dore un poco.
Espero que te guste nuestra receta (de mi compadre y mía). A mí me  parece perfecta para este Domingo de Resurrección.

Pierna de cordero asada al romero | Ingredientes para 12 porciones
2 piernas de cordero (de unas 6 libras cada una) sin hueso
12 dientes de ajo pelados, divididos
2 cucharadas de buen aceite de oliva, divididas
Sal marina gruesa
Pimienta recién molida negro
4 cucharadas de hojas de romero fresco picadito, divididas

Preparación
Precalienta el horno a 450ºF. Coloca la rejilla en el tercio inferior del horno.

Con un cuchillo de punta fina y lisa haz 6 incisiones en cada una de las piernas de cordero e introduce un diente de ajo en cada una de ellas.

Salpimienta ambas piernas.

Cubre la parte externa de las piernas de cordero con el romero.

Coloca la carne en un asador cubierto con papel de aluminio.

Rocía las piernas de cordero con aceite de oliva, cubre con papel de aluminio y deja que reposen a temperatura ambiente por media hora.

Lleva al horno y asa por 1 hora 15-30 minutos hasta que la carne alcance una temperatura de 135ºF (en caso de que quieras la carne rara), ó 145ºF en caso de que la quieras término medio.

Retira la cubierta de papel de aluminio, coloca la temperatura en broil y asa por 3-5 minutos hasta que la carne se dore.

Retira del horno y pon la carne en una bandeja. Cubre con papel de aluminio y deja reposar por unos 15 minutos.

Corta con un cuchillo de hoja lisa y sirve caliente.

Para imprimir la receta, haz clic aquí.

Cuando la felicidad vive en una maceta

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Lo que más me gusta de este post es que lo estoy escribiendo porque estoy feliz.
Cada mañana cuando me levanto, bajo a mi terraza y mientras se hace el café y mis hijos se alistan para desayunar, reviso mi jardín de hierbas.
Le digo jardín por el tamaño de la felicidad que me proporciona: como si se tratara de acres y acres sembrados de albahaca, ciboulette, menta, orégano, perejil, salvia y tomillo.
En realidad son seis macetas de terracota donde están sembradas las hierbas que me hacen tan feliz.
Cuido de que tengan la tierra siempre húmeda. Las voy rotando para que crezcan armoniosa y ordenanadamente buscando la luz del sol. Las podo para que crezcan fuertes y frondosas.
Y a cambio de tanto mimo, de esos tiestos salen pestos, infusiones, aguas frescas, bouquets garni, mantequilla a las finas y pare usted de contar.

Y cada vez que alguien viene de visita, se lleva su manojito de hierbas frescas, mientras yo sigo contando mis bendiciones y dándole gracias a Dios y la vida por tanto.
La vida es bella.

Receta de muffins de manzana y coco sin gluten

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No sé si es la escuela o qué. Pero la verdad es que cada vez que le sirvo algo de comer al mayor de mis hijos (Andrés Ignacio, quien ya tiene 13 años y es más alto que yo), invariablemente me pregunta si es "saludable".

Así que cada vez que voy puedo, horneo cosas como estos muffins de manzana con  zanahorias y coco rallado, uvas pasas y hechos con harina sin gluten. Pueden prepararlos con harina de trigo, en cuyo caso recomiendo usar harina sin blanquear.
Me gusta que se puede comer en el desayuno, como merienda e incluso como postre (aunque como siempre, yo preferiría una crème brûlée o mousse de chocolate).
Lo mejor de todo es que, pese a la larga lista de ingredientes, estos muffins son súper fáciles de hacer.
¡Feliz día!

Muffins de manzana y coco sin gluten | Ingredientes para 16 muffins medianos
2 tazas de harina sin gluten (usé Bob’s Red Mill. Puedes sustituir por harina de trigo sin blanquear)
1 ½ cucharaditas de goma xanthan (omítela si estás cocinando con harina de trigo)
½ taza de azúcar morena

2 cucharaditas de bicarbonato de soda

1 cucharada de canela en polvo

½ cucharadita de sal
 marina
½ taza de uvas pasas

½ taza de nueces picaditas

½ taza de coco dulce rallado

½ taza de zanahoria rallada

2 tazas de manzanas picaditas (les dejé la piel)
2 huevos

½ taza de aceite de maíz
¼ de taza de leche de almendras 
2 cucharaditas de extracto de vainilla

Preparación
Precalienta el horno a 350˚F y cubre una bandeja para hornear muffins o cupcakes con capacillos de papel.


En un tazón grande combina la harina, goma, azúcar, bicarbonato, canela y sal.


Añade las pasas, nueces, coco, zanahoria y manzanas y mezcla.


En otro tazón, mezcla los huevos con la leche, aceite y extracto de vainilla.


Agrega la mezcla de huevos y leche al tazón con la mezcla de harina y revuelve.


Pon la mezcla en los capacillos. No los llenes mucho, si acaso 3/4.


Hornea por 20-25 minutos hasta que al insertar un palillo en los muffins este salga limpio.


Enfría en una rejilla de metal. 

Para imprimir la receta, haz clic aquí.

Sangría blanca

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Nacida y criada en Caracas, donde la influencia de la cocina española, pero sobre todo gallega, vasca y catalana, fue una constante, para mí la sangría, o la zurra, como le dicen en Ciudad Real y Toledo, en Castilla-La Mancha, fue siempre roja, como lo indica su nombre… hasta que me vine a vivir a Miami.  

Hecha con vino tinto, algo de fruta fresca y un chorrito de brandy, la sangría es un ponche de verano. Cada restaurante tiene su propia receta y cada quien la hace con las frutas que le apetezcan.

Tantas son las variaciones, que así como hay sangría de vino tinto, hay quien la hace con vino blanco y también con cava. La he probado mezclada con jugos de fruta como la parchita (maracuyá) y la verdad es que es bien sabrosa.

Aunque admito que mi favorita sigue siendo la roja, la sangría blanca es súper popular aquí en Miami, sobre todo entre las mujeres. La receta que sigue es una delicia, se prepara con Moscato y me la envió la gente de Gallo Family Vineyards en California, junto con una botella.

¡Feliz fin de semana!

Sangría blanca | Ingredientes para 8-10 porciones
16 onzas de vino Moscato Gallo
16 onzas de néctar de durazno
1 taza de brandy
½ taza de jugo de naranja fresco
½ taza de jugo de limón fresco
¼ taza de jarabe simple (1 parte de azúcar, 1 parte de agua)
2 duraznos grandes, sin corazón y picado en trozos
2 ciruelas medianas, sin corazón y picadas en trozos
¾ taza de uvas, en mitades
1 naranja cortada en rodajas
4 fresas cortadas en rodajas

Preparación
Combina todos los ingredientes en una jarra y refrigera al menos por 1 hora, mejor si por unas 6-8 horas.

Para imprimir la receta haz clic aquí.


El vino que utilicé para preparar esta receta fue un obsequio de Gallo Family Vinyards.  No recibí compensación económica alguna por escribir este post. Todas las opiniones aquí expresadas son mías.

Cocinar con tus hijos y una receta de pizza que se prepara en menos de 15 minutos

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No tengo que decir que cada vez que cocino con mis hijos el acto de preparar los alimentos se convierte en una lección de vida. No solo aprenden a cocinar. También aprenden a comer y además pasamos un tiempo maravilloso juntos.

Lo que sigue es mi experiencia no con mis hijos, sino con un montón de niños quienes asistieron a una clase de cocina a la que tuve la oportunidad de asistir como embajadora de la campaña Pork te inspiradel National Pork Board.
Fueron llegando de lo más ordenados. En las mesas estaban listos los ingredientes para preparar una pizza sin complicaciones, hecha con pan de pita integral y empacada de vegetales, frutas y una proteína inusual: carne de cedro deshebrada.
Lo primero que hicieron, después de sentarse, fue ponerse guantes. Luego recibieron instrucciones: total libertad para crear una pizza con ingredientes frescos, sabrosos, de temporada y sobre todo muy saludables.
Después de que los cocineros terminaron con sus coloridas creaciones y mientras las mini pizzas iban al horno, llegaron los ingredientes para la segunda receta de esta singular clase de cocina: albóndigas de cerdo con salsa de naranja y miel.
Unos 75 niños se dieron cita en el Whole Food Market Food Lab en Parrot Jungle, para participar de una de las actividades más divertidas e inspiradoras del Food Network and Cooking Channel South Beach Wine and Food Festival (SoBeWFF): el Fun and Fit as a Family.
Allí fueron recibidos por la celebrity chef Doreen Colondres, quien no sólo se ha propuesto demostrarle al mundo que “la cocina no muerde”, sino que además se ha empeñado en revolucionar la forma en que la gente, y especialmente la comunidad hispana en Estados Unidos, piensa acerca de la comida.
Mientras hacían las albóndigas, los pequeños cocineros aprendieron que basta un diente de ajo para aliñar una libra de carne de cerdo molida y que como el cerdo es tan gustoso no hace falta sino ponerle un poco de sal y otro de pimienta.
También aprendieron que con un poco de miel y jugo de naranja se hace una salsa exquisita y que el cilantro va bien con todo, y especialmente con el cerdo.
Mientras los cocineros saboreaban orgullosos sus pizzas, los ayudantes profesionales de la chef Colondres cocinaban las albóndigas con un poco de aceite de oliva y de pronto “hizo hambre”.
Cuando uno de los niños, curioso e inocente, le preguntó a la chef Colondres que por qué las dos recetas que estaban cocinando eran con carne de cerdo, explicó que ella es latina, puertorriqueña para más señas, y que “a nosotros los latinos nos encanta el cerdo”.
La chef Colondres es la vocera de la campaña Pork te inspira, del National Pork Board, cuyo objetivo es evangelizar al consumidor hispano en los Estados Unidos acerca de los beneficios de la carne de cerdo, que no solo es sabrosa y muy versátil sino que además es muy saludable, tanto que al igual que el pescado es considerada una carne blanca y algunos de sus cortes, como el lomo, son considerados extra magros.
Al término de este laboratorio interactivo de alimentos, la chef Colondres le confirió, de palabra a los nóveles cocineros el título de “pequeños sabios del sabor”.
Todos salieron inspirados y orgullosos, llevando a sus casas dos recetas súper fáciles de preparar.
Pero además se llevaron consigo la experiencia inolvidable que da el saber que, de verdad, la cocina un juego de niños.
A continuación la receta de la pizza de pan de pita con carne deshilachada de cerdo. La receta de las albóndigas, la encuentras aquí.
¡Feliz domingo! ¡La vida es bella!
Pizza de pan de pita con cerdo deshilachado, mango y cilantro | Ingredientes para 4 mini pizzas
4 panes de pita
1 taza de cerdo deshilachado, bien sazonado
8 oz. de queso mozzarella
8 tomates cereza, cortados en rebanadas
2 higos, cortados en pedazos,
1 mango pelado, sin semilla, cortado en daditos (puedes sustituir por piña)
Hojas de cilantro
2 cucharaditas de aceite de oliva
Queso fresco o queso de cabra a gusto

Preparación
Precalienta el horno a 450˚F.

En una piedra de hornear, una tabla de madera de hornear o bandeja de hornear, coloca el pan pita y pásale una brocha ligera con aceite de oliva. 

Agrega el queso, el cerdo, los tomates, la fruta y el cilantro.

Hornea la pizza por 10 minutos o hasta que el pita esté crujiente y el queso bien derretido.

Retira del horno, agrega el queso fresco o de cabra, sirve inmediatamente y disfruta.

Para imprimir la receta, haz clic aquí.

Este post es una versión del que publiqué originalmente en Miami Diario. Soy embajadora de la campaña Pork te inspira del National Board Pork.  

Con sólo 3 ingredientes: Receta de salsa con mango y cilantro

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Cuando hace ocho años me fui a vivir al Sur de California incorporé la salsa casera a la dieta de mi familia. Viviendo a menos de dos horas de la frontera con Tijuana era más o menos imposible no caer en la tentación de la gastronomía mexicana.

En aquella época, la salsa casera Herdez no faltaba en mi cocina: primeramente para comer con chips de tortilla o con vegetales crudos, como ingrediente de guacamoles y acompañante de quesadillas… 
Gracias a la bendición de una prolífica huerta de tomates, que en el verano de 2010 llegó a darme una cosecha de 385 libras, no tuve más remedio que “copiarme” la salsa Herdez y hacer y envasar mi propia salsa casera.
Confieso que lo logré y por varios años, incluso ya viviendo en Miami, seguí haciendo mi salsa casera: con el punto exacto de picante que le aporta el jalapeño y la perfecta acidez que le da el zumo de lima.
Ahora que mis hijos están grandes (Andrés Ignacio tiene 13 y Tomás Eugenio tiene 11) y que por lo mismo trabajo más horas, encuentro que cada vez tengo menos tiempo para cocinar y preparar la comida de todos los días desde cero. 
Así que adivina qué: he vuelto a caer en la tentación de la salsa Herdez y además de comerla a la vieja usanza, como hacíamos en California, la preparo con cubitos de mango y hojas de cilantro fresco. Es una salsa y una ensalada al mismo tiempo. Me gusta comerla con tortillas de maíz azul y a veces la sirvo sobre cestitas de plátano verde. 
Lo mejor es que es súper fácil de preparar y que combina el mango que es una de mis frutas favoritas con el cilantro que es una de mis hierbas favoritas. Es perfecta para el próximo Día del Niño que se celebra en México los 30 de abril, y también para la celebración del Cinco de Mayo y cualquier reunión cuando empiece la época de las parrilladas.
Para más recetas como esta, no dejes de visitar la página de Herdez en Facebook. Y como además el Día del Niño celebra al niño que todos llevamos dentro, diviértete compartiendo tus fotos y participa en el sorteo #ThrowBackThursday aquí
Espero que te guste mi receta.
Salda de mango y cilantro | Ingredientes para 2 tazas
1 taza de mango, pelado y cortado en cubitos de 1/3 de pulgada
1 taza de salsa casera HERDEZ®mild
¾ de taza de hojas de cilantro picaditas

Preparación
En un tazón mezcla todo los ingredientes.

Refrigera hasta el momento de servir.


Receta de agua fresca de mango con Tajín

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Primero que nada este post es la historia de un antojo. Hace unas tres semanas fui invitada a participar en una demostración de cocina con el chef George Durán. Por cuestiones de trabajo, llegué cuando la clase ya había empezado y me quedé con las ganas de tomarme un trago amarillo, servido en copas con el borde escarchado con un polvito naranja. 

No abrí la boca para no molestar, pero luego averigüé y el bendito trago no era otra cosa que una agua fresca, como le dicen los mexicanos a lo que serían los jugos “aguados” que se hacían en la Venezuela donde crecí. 
Dicho en otras palabras: las aguas frescas son el equivalente de los jugos con los que mi abuela Ligia rendía la fruta, para que alcanzara para todos, en una época en que las sodas y refrescos artificiales estaban prescritos porque no eran naturales. 
El agua fresca que me ocupa era de mango y el bordecito era de Tajín, ese sazonador que los mexicanos, siempre tan ocurrentes, llaman “salsa en polvo” y que no es otra cosa que una mezcla de chiles picantes molidos con sal y lima en polvo.
Hace un par de semanas, la gente de Tajín tuvo la amabilidad de enviarme la receta del agua fresca que publico hoy. Tiene además de mango, un poco de jugo de lima y es una delicia porque no es muy dulce y es súper refrescante. 
 El Tajín en el borde es toda una novedad para mí y ahora caigo en cuenta de que en México hasta a la fruta le ponen picante (y además es una delicia). Gracias Tajín por la receta y el Tajín. Espero que les guste esta agua fresca tanto como a mí.

Agua fresca de mango con Tajín | Ingredientes para 4-6 porciones
2 tazas de mango pelado y sin semilla, cortado en trozos
4 tazas de agua
2 cucharadas de azúcar morena
2 cucharadas de jugo de lima
Tajín para escarchar el borde de los vasos

Preparación
Coloca suficiente Tajín en un plato para escarchar el borde de las copas.

Frota los bordes de las copas con un poco de limón y escarcha el borde húmedo con el Tajín.

En el vaso de una licuadora licúa bien el mango con el agua, azúcar morena y el jugo de lima.

Sirve en las copas preparadas con abundante hielo y decora con una rodajita de limón.

Para imprimir la receta haz clic aquí.

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Comer con bulla: Cvi.che 105

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Este post está dedicado a quienes no les importa comer con bulla. Y cuando digo bulla, me refiero a ruido. A alboroto. A gente hablando, brindando, celebrando. No he tenido la dicha de ir a almorzar en Cvi.che 105. Tampoco he ido un fin de semana, entre otras cosas porque cuando he ido a cenar un miércoles o un jueves, siempre están llenos. Y cuando digo llenos, hablo en serio.

Pero lejos de ser un problema, que siempre estén a reventar es signo inequívoco de la frescura y calidad de los frutos del mar que allí se comen. 
Tengo por norma desconfiar de un sushi bar o de una cevichería si están vacíos o tienen cuatro gatos en sus mesas.
Creo que este jamás ha sido el caso de Cvi.che 105, donde para mí se come uno de los mejores ceviches de Miami y sus alrededores. 
Pero además es un lugar para ir, ver y dejarse ver. Y si crees que solo se trata de bulla y alboroto, la verdadera fiesta para los sentidos está en los platos que allí se sirven.
El colorido de los platos tradicionales de la gastronomía peruana combinados con las creaciones gourmet del chef Juan Chipoco, son servidos con elegancia y mucha creatividad en modernos platos blancos. 
El technicolor de la comida contrasta con la decoración, también moderna, donde predomina el blanco y el plata.
La presentación de cada plato tiene lo suyo. La típica causa peruana servida a manera de napoleón. Los postres de degustación servidos en cucharas de porcelana. Los platos de degustación de ceviches servidos en bandejas que permiten que uno no se mezcla con el otro.
Pero lo mejor viene después. Diría que la cocina de Cvi.che 105 es primero una oda a los colores, y luego una oda a los sabores. Salvo por los postres y los mojitos de maracuyá que me encantan, jamás he comido otra cosa en Cvi.che 105 que no sean ceviches y tiraditos.
Claro que también he comido acompañantes y guarniciones: las mejores papas a la huancaína y una causa peruana que es imposible de resistir porque en lugar de estar preparada con papas amarillas está hecha con camote (batata) aromatizado con ají, limón y miel de naranja, acompañado del mejor ceviche al ají amarillo, y toda esa delicia coronada con un langostino.
A  lo que me refiero es a que no he probado otros platos fuertes de la gastronomía peruana, que no sean los frutos del mar que tan buena reputación le han ganado a esos cocineros que hacen obras de arte de cualquier cosa que salga del océano.
Como soy de las que come con los ojos y me gusta degustar y comparar, mi opción favorita es la bandeja con cuatro tipos de ceviche.
Con los ojos cerrados recomiendo el ceviche “orgía de mariscos” ahogados en leche de tigra, el ceviche pucusana marinado en jugo de limón con cebolla, cilantro y ají rocoto; o el anconero con ají limo, o el rojiblanco inspirado en la bandera del Perú, con crema de rocoto y crema virgen; o el ceviche a la crema de pisco.
Los postres merecen un capítulo aparte. Hay que probar la crème brûlée de guanábana, el suspiro limeño, el merengón de chirimoya y la mousse de lúcuma. Si se te hace difícil escoger, entonces pide el trío de sabores peruanos “a la cuchara” que trae suspiro limeño, merengón de chirimoya y mousse de lúcuma. 
Como es evidente que muero por los dulces, pues también recomiendo la mousse de maracuyá (uno de mis postres favoritos) y un postre que no está en el menú pero que es de muerte lenta y agonía prolongada: el cuatro leches de lúcuma. La mousse de chocolate: sólo basta ver la foto para saber que aquello es una delicia.
Cvi.che 105 debe su nombre a la dirección donde está ubicado: en el 105 del NE en la Tercera avenida en Downtown Miami. Hace poco abrieron un local en South Beach. Tendré que ir a "inspeccionar". Por lo pronto, la de Downtown sigue siendo mi cevichería favorita.
CVI.CHE 105
105 NE 3rd Ave. Miami, FL 33132

+1(305) 577-3454 

Este post es una versión del que publiqué originalmente en MiamiDiario.

Receta de macarrones con queso, chorizo y chipotle

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Este es un post patrocinado por HERDEZ®. Gracias por apoyar a las empresas con las que Savoir Faire colabora, para que así pueda seguir creando recetas divertidas, coloridas y sabrosas. Por favor, haz clic en los enlaces de este post.
Cocinar con Tomás Eugenio —el menor de mis hijos quien ya tiene 11 años—, es una de las experiencias más gratificantes que como mamá he podido experimentar, sólo superada por los juegos de básquetbol.

Es la mejor manera de introducir nuevos sabores, aromas y texturas en su dieta. Pero además el acto de preparar los alimentos junto se transforma en un momento extraordinario en el que los dos compartimos y además él aprende mientras me asiste.
Prueba de lo que estoy diciendo son estos macarrones con queso al chipotle que cocinamos juntos. Cuando me vio preparando los ingredientes me preguntó que por qué no hacía sus mac and cheese favoritos con queso gruyère que tanto le gustan, o los clásicos con queso cheddar. 
Le expliqué que quería darle un toque “mexicano” a mi receta, porque estaba participando en la campaña de Herdez por el Día del Niño (que en México se celebra el 30 de abril) y que por lo mismo le pondría un poco de chorizo y además la salsa de chipotle. Aceptó el reto, como quien decide participar en un experimento.
Le expliqué que el chipotle de esta receta nada tenía que ver con la cadena de restaurantes, sino con el chile jalapeño que se deja madurar en la mata, hasta que se pone rojo y comienza a secarse, y luego se completa el secado en hornos donde además se ahúma.
Desde que hace relativamente poco tiempo descubrí el chipotle, tengo un romance con su sabor picantico ahumado que me gusta disfrutar con sopas y huevos. Y hasta tengo entre ceja y ceja unos muffins de chocolate con chipotle porque me encanta lo bien que se lleva el chocolate con el picante. 
Pero no se me había ocurrido ponerle chipotle a los mac and cheese y debo decir que junto los pedacitos de chorizo le confieren otra dimensión a lo que de lo contrario hubiesen sido unos simples mac and cheese caseros.
Espero que te guste mi receta. 
El de la idea de ponerles un poquito de cilantro a la hora de servir fue Tomás Eugenio.
Para otras recetas similares, haz clic aquí
Y como además el Día del Niño celebra al niño que todos llevamos dentro, diviértete compartiendo tus fotos y participa aquí en el sorteo #ThrowBackThursday de Herdez.
Mac and cheese al chipotle con chorizo | Ingredientes para 6-8 porciones
1 paquete de pasta corta (yo usé Ditalini de Barilla)
¾ de taza de chorizo picado finamente en cubitos
½ taza de cebolla picada finamente
½ taza de salsa HERDEZ® Traditional Chipotle
2 cucharadas de mantequilla
3 cucharadas de harina todo uso
4 tazas de leche
3 tazas de queso cheddar rallado
Sal marina gruesa
Hojas de cilantro fresco para decorar

Preparación
Precalienta el horno a 400°F.  

Cocina la pasta al dente, cuela y pon en un bol grande.

Mientras tanto, en un sartén a fuego mediano, pon a sofreír el chorizo con la cebolla, unos 4 minutos hasta que la cebolla se marchite. Revuelve ocasionalmente.

Agrega el sofrito de chorizo con cebolla al tazón con la pasta  y revuelve.

Agrega la salsa de chipotle y revuelve. Reserva.

En una olla a fuego mediano, calienta la leche. En otra olla, derrite la mantequilla a fuego mediano, agrega la harina, mezcla para hacer un roux y cocina 1-2 minutos. 

Agrega la leche a la olla donde tienes el roux, una taza a la vez y revuelve constantemente hasta que el roux se disuelva completamente con la leche y no queden grumos. Cocina por 2-3 minutos, revolviendo constantemente hasta que la bechamel esté lista. 

Retira del fuego y agrega 2 tazas de queso y revuelve hasta que se derrita. Agrega la sal. 

Vierte la bechamel sobre la pasta y combina.

Vierte los macarrones en un molde refractario de 10 x 14 pulgadas y cubre con el resto del queso. Hornea por 15 minutos. 

Pon el horno en modo broil y deja el molde unos 5 minutos más para que la superficie se dore un poco.

Retira del horno y deja reposar por unos 10 a 15 minutos antes de servir.

Sirve con hojas de cilantro picadito.

Para imprimir la receta haz clic aquí.

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